jueves, 12 de enero de 2012

Del error no aprendí.


Me creí,


         que en todas las bocas


se podía dibujar tu sonrisa.




Por intentarlo,
                perdí la tuya.





Sentencia.

Huye de todo lo que mi nombre lleve.


- ¡ 3 !

Recuerda que el amor, conmigo, duele.

- ¡ 2 !

Es demasiado tarde.

- ¡ 1 !

Bang.








jueves, 23 de septiembre de 2010

Tic tac

[...intento de diálogo con Cortázar]


 Ella dijo a una amiga:
[...] Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan —no lo saben, lo terrible es que no lo saben—, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj. [...]


 Él se metió en la conversación y contestó:
 El hombre es el único animal que mide su tiempo, y yo he medido mucho el que me faltaba para verte, desmedía el que estaba contigo y maldigo el que paso sin ti. Para mí el tiempo es imprescindible entre nosotros, si no midiésemos el tiempo no apreciaríamos su falta de él, no calcularíamos cuanto se echa de menos a alguien y no tendríamos noción de los días que pasan para decirte que a cada uno de ellos te quiero más.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Y sonríe.

Ella se enamoró de un gigante. Se sentía segura en sus brazos. En ellos se perdía, correteaba de arriba a abajo haciendo cosquillas que al deslizarse suave creaba la tensión suficiente para hacer estallar la bombilla, y las ventanas. Asustada sube hasta la boca y recostada en su barba le pide de sus palabras.

Entonces ella se hace gigante y el es ahora el aire que entra por los cristales rotos. Que entra por su boca silbando entre sus dientes. Que provoca el voleteo en su estómago, llena su pecho y vuelve a salir. Que se enreda en su pelo, acaricia la mejilla y susurra en su oído que de él depende su pulso. Y lo acelera.

El gigante ahora es aire, habitante de su piel alimentándose de su olor y regocijándose con las primeras gotas de sudor. Es el que besa sus piernas y siente besar la poesía.
Son poesía sus jadeos, la forma de morderse los labios, de retorcerse en las sábanas que sus uñas apuñalan, de repasar cada lunar de la espalda.

Ahora él entra como el aire, porque es aire, porque sólo lo es cuando ella de tan pequeña se hace gigante, cuando se beben los sentidos. Es aire y juega entrando y saliendo, asfixia y la destroza, llena y enloquece.

Como los cristales, ella estalla, tiembla, resopla. Y sonríe.

El gigante sigue siendo aire, y porque es aire, él quiere ser la única razón por la que seguir respirando. Y porque es aire, se acurruca en el hueco de su ombligo.

Amanecen siendo dos adolescentes en la habitación de un hostal.

sábado, 24 de abril de 2010

De colores y melodías en tu pelo.


Como con el último acorde de una sinfonía anónima con apoteósico final, cae la primera lágrima de un derroche que lleva tu nombre, en grises horas de carreteras, blog y lápiz como instrumentos solistas. Confío en el verde de mi chaqueta con la esperanza de verte cuanto antes, el rojo aún transpira la pasión de los besos de colibrí, el blanco de tus ojos recorre en largas líneas mis brazos.

Mil colores más con los que describir cada momento o cada gesto. Como el de agarrar mi mano con la sutileza con la que se acarician las teclas de un piano, creando y llenando la habitación de melodías imposibles combinando en compás binario suspiros, risas, gemidos y silencios. Deseándote a contratiempo y en contra del tiempo, espacio y lugar porque eres la música que guardan callados los colores en toda su viveza y vivacidad , forzando tu sonrisa a tornar en preciosas tonalidades.
Como en un fa sostenido mayor, sosteniendo tu cuerpo en un interminable vals francés.

Me quedo con la sensación de la lluvia intentando aún separar nuestros labios, con la necesidad de crear colores jamás imaginados y notas jamás percibidas para poder describir la locura incontenida, la atracción desmedida, las explosiones en nuestras miradas. De incómodas posturas brotaba sudor recorriendo tu espalda, huyendo de mis dedos y tus uñas en actitud salve, y no poder dejar de hacerlo.

Te voy a echar de menos, y no podré dejar de hacerlo.

jueves, 8 de abril de 2010

Hasta consumirme

Me cansé de buscar ese amor en cada noche y opté por despertarme entre piernas ajenas que me diesen cariño pasajero cada mañana. Que si no estabas cerca me moría y por no querer morirme, me maté. Y maté tus suspiros con alcohol hasta ahogarte, y cubrir tu sombra con la ropa que tiraba al suelo cuando quemaba mi piel cualquier desenfreno.


Hice tu recuerdo forastero en mi mente dedicándome a ser conspicuo en otras bocas. Dudo si estas me llaman o me engañan, labios carmín y dientes perfectos que deshacen y desmontan castillos de naipes. Baraja de póker mezclando rojos y negros, barajas si a un centímetro o cientos de kilómetros nuestros labios se han rozado y mueren los míos por agarrarte. Agarrarte y no soltarte.


Si dudo si nos conocemos de siempre o no eres tú, o no soy yo, es porque nuestros actos se hacen predecibles, en las sombras se sincronizaban nuestras manos. Cientos de sonrisas ajenas no pueden frenar que te busque entre la gente y empiece a estallar cuando clavas tu mirada en mí, me llamas y no hay vuelta atrás. Quieres una declaración de intenciones y yo quiero deshacerme de todo el mundo, si contigo me quedo hasta consumirme.


Hay mucha poesía en los libros de la estantería pero déjame abrazarte con mis versos y supera con creces las maravillas que sobrevuelan las cabezas de los que ahora están inspirados, que ellos aun la conservan, yo perdí la mía la primera vez que te vi venir hacia mí.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Llenar y rellenar.

Vente a dormir esta noche conmigo...

Que puedo llenar y rellenar cientos de páginas de libros que estuvieron en blanco y ahora tornarían rosados como tus labios.

Me faltaron siempre diccionarios donde encontrar adjetivos a la altura de lo bonita que estabas la última vez que nos vimos. A la altura que elevaría mis sábanas con tu silueta tatuada ondeando para ser envidia de los que siempre se volvieron al verte pasar.

Guardo los botes de champú vacíos para llenarlos y rellenarlos de tu olor y sellarlos con tu carmín para no ser abiertos jamás, como caja de Pandora.

Quiero que mis palmas se estigmaticen, el adorable botón de tus vaqueros las atraviese y me claven desnudo en la pared más sombría de mi edificio, que hay eclipse los días que no pasas por mi calle, y son muchos, demasiados, te lo aseguro.

Y cambiaría toda mi tinta azul derrochada y por derramar por tal de verte corriendo hacia mí. Que ya no me haría falta escribirte más si con todo lo que sueño despierto, dormido y muerto es con que te vengas a dormir esta noche conmigo...

Buenas noches.

sábado, 13 de marzo de 2010

¡Concurso!

En el blog “Libros y Literatura” organizan un concurso de fotografía de temática literaria, en el que ofrecen como premio lotes de libros por un valor de 1.200€. Además, por votar tu fotografía preferida entrarás automáticamente en el sorteo de un lote de libros. Si quieres saber más detalles y participar entra aquí: http://www.librosyliteratura.es/concursofotosyliteratura.html

TAMPOCO ES MALA ESTA JUBILACIÓN





martes, 2 de febrero de 2010

Arrugas y recovecos

Suena el ‘click’ y seguido un suave golpe del interruptor de la lámpara dejándose caer sobre la mesita. Se ha apagado ya la luz y adopto la posición más cómoda, acurrucado, como te gustaba.

Puedo confesarte que duermo abrazado a un almohadón que sufre las consecuencias de mis sueños. Tiene las marcas de mis manos cuando lo aprieto, de mis lágrimas si alguna ha escapado, incluso de mis dientes si lo he llegado a morder.

Puedo repetirte que soy pequeño, que mis latidos se hacen notar en cada parte de mi cama, que van siempre a prisa y tienden a acelerarse fácilmente, y es que en mi caja torácica choca mi corazón, lo que para mí es normal, lo que para ti es ya algo tan especial.

Puede perderse mi melena entre mis mil sábanas con sus mil rayas, que nada podrá evitar recordar con exactitud tus rasgos, ver tu imagen tan nítida sin aun haber cerrado los ojos, sentir tu olor a mi alrededor estando así de lejos.

Pueden gritar cuanto quieran en el bar de abajo que ninguna voz me confundirá para tomarla por tuya, tampoco el ruido de pasos en el rellano, ni de risas ni de llantos mezclados con el tic-tac del despertador.

Se hace inevitable, es rutina y vicio, que cada vez que quiera dormir… busque tu sonrisa en las arrugas y recovecos de mi cama…

martes, 26 de enero de 2010

El hueco de mi escalera.

Voy a contarte cuanto me has echado de menos, para olvidar por momentos lo que te necesito.
Voy a besarte yo, para no recordar que eres tú quien besa como nadie.
Voy a tener la dureza de una piedra y dejar de ser tan maleable como un gato colándome por el hueco de la puerta.
Voy, voy a ser, voy, voy... pero sigo quieto y tú, tú estás lejos.

Voy, el silbido de tu ventana mal cerrada que te enfría.

Voy, los poros de tu esponja que no te tocan.
Voy, la rapidez con la que entra la cocaína al cerebro.

Voy, un mal día de tus resacas.
Voy, las voces que te malgritan.
Voy, las tostadas quemadas.
Voy, los kilómetros que te separan.
Voy, los nervios que nos destrozan.
Voy, las prisas en eternas esperas.
Voy, el blanco de tus ojos.
Voy, el final de nuestros abrazos.
Voy, todos labios que no besé tras los tuyos.
Voy, las canciones que te recuerdan a otros.


Voy a ser todo lo que tú odias, por tal de ser algo tuyo, atípico y desechado.

Hace ya algun tiempo que te fuiste, pero aún sigues dormida junto a mi.

Siempre te busco en el hueco de mi escalera.

martes, 18 de agosto de 2009

Olvida para recordar.

[...todo escrito tiene un fin, y el fin de este es comenzar de nuevo...]


Siéntate, cierra los ojos y olvida para recordar.
Borra de tu mente esa voz más alta que otra, ese malestar, esa discusión. Olvida todo aquello que anoche te hizo desear dormir lejos de su presencia. Todo lo que te hace huir o buscar momentos malos que son los granos de una montaña de arena. Deja de jugar ya a tirar piedras a quien se cubre.

Sigue con los ojos cerrados, aleja tu mano de tu cuerpo y busca la que con más fuerza te agarró, la que deseabas tener en malos momentos y ahora que es uno de ellos, la rechazas. La primera y única mano.

Hubo un momento en que decidiste no sólo decorarla con un anillo, la elegiste para acompañarte el resto de tus días, y tus noches. Para levantar esta casa y traernos a mi hermana y a mí. Agarra, por favor, por los cuatro, esa mano que ahora está a tu lado y siempre estuvo.

De nuevo pido que borres por un segundo todo lo malo que hoy nos hace estar así. Olvida para recordar todas las sonrisas que te provocó esa mano, que simboliza otra persona que vive y sufre como tú. Con sus cosas buenas que te enamoraron y que te ilusionaron, de eso hace ya una treintena de años.

Evade y haznos evadir por un momento las caras largas y llena tu mente de las carcajadas de tus hijos que te provocaban una alegría inmensa y no escuches las lagrimas que humedecen esos mismos rostros.

Por un instante, olvida para recordar, cierra los ojos para abrir la mente, escucha para hablar, o llora para sonreir.

lunes, 27 de julio de 2009

En un segundo...

[...sentado frente a ella, y ella se parecía tanto a tí...]



Dame tu piel al ritmo de una canción que nos haga inventar nuevas formas de fiebre incontenida. Horas mirándote, deshaciéndote, desnudándote, notando tu sudor en la palma de mi mano. Puede que seamos muchos en esta biblioteca y aún no me hayas visto, pero mis ojos ya han ido más allá, han quitado los folios de tus manos y las han sujetado con fuerza. Han recorrido tu cuerpo tendido en la mesa y contorneado tu espalda en niveles insuperables de gritos bajo letreros de SILENCIO.

Puede que aún no me hayas reconocido pero ya me he enredado en tu pelo, he adelantado el húmedo paso de mi boca por tu pecho y ya puede mirarme cualquier otra aquí, que sólo quiero tus ojos, fuera de órbita, tu corazón fuera de pulso y yo dentro, yo muy dentro de ti.

Voy a levantarme y cuando llegue a ti quiero que todos se hayan ido ya, el último que apague la luz.

Voy a dirigirme directamente a tu cuello para contarle en secreto de qué forma voy a destrozarte esta tarde, a ti y tu ropa, que también puede dejarnos a solas. Y seremos tres, mis ganas, tú y yo. Ahora elige cualquiera de los cientos de libros que nos rodean en un idioma que sólo entendamos tú y yo, aquí y ahora.

Atrévete a levantar la mirada, lo entenderás todo al instante, que esto sólo ha sido un segundo en mi mente, si quieres más dame una noche, tu sonrisa y los secretos que en ella escondes.

jueves, 9 de julio de 2009

Sombras en papel.

Sombras.

Prueba a coger un folio blanco y mantén la mirada esperando respuesta. Comprueba cómo de dónde no hay nada, aparecen volcanes de ideas y pensamientos. Como cuando sólo te soñaba, ahora cada minuto en mi cabeza tiene el color de tus ojos.
Sombras.
Porque son lo primero que surgen en la suave pasta de papel, sombras en la suave pasta de tu piel que dibujan las ganas que ni yo mismo sé expresar con tinta sobre blanco.
Deja que llene tu espalda como un tatuaje de palabras que siembren tus poros y los riegue con susurros en idiomas que no salieron de la Torre de Babel. Lenguaje de nuestros besos, gramática de tus manos, encierra literatura en tu pelo.
Déjame expresarme así, que no habrá crítico ni experto que sepa concebir tal cúmulo de sentimientos bordados en ansias de ti, abordados y encadenados permanentemente a mi locura.

Sombras.

Creemos sombras que marquen las horas que pasamos juntos como reloj de sol y en la noche el brillo de tus mejillas al no dejar de sonreír por mis continuas bobadas y cosquillas al corazón. Ven, vuelve y forma parte de mi universo, haz los arco iris monocromos y lléname de sombras de color, intensas, miles, todas con tu silueta que no quiero dejar de tenerte en mi mirada, como ahora que andas lejos.

Sombras.
Todo acaba siendo sombras en un folio en el que se lee
entrecortado tu nombre.

lunes, 6 de julio de 2009

No hace falta que lo sepas.


No queda ropa limpia en mi cajón, la maleta aún no está deshecha y tengo todo el suelo lleno de estrellas de plastilina, que las bajé para hacerte tocar el cielo con los colores que nunca viste. Pero ahora hace tanto frío que la gente se abanica, si se ha ido el calor que yo inventé de tus manos para mí.

Parecido a un cometa, pasó y lo vi, pero desde tan lejos que lo toqué, tan cerca que su estela creo que aún se deja relucir debajo de mi almohada, donde meto la cabeza cuando veo que no estás y nunca estuviste.

Frota mi cabeza con fuerza para borrar lo que, de ti, dentro, de mí, se coló, pero no acaricies mi pelo que duele más. No sé cuanto tiempo duró lo inconmensurable o lo inexistente pues contaba los latidos en mi pecho que no me dejaban escuchar otra cosa que no fuese tu voz diciéndome nada, callándote todo, todo, todo.... todo lo que inventé para escuchar de tus labios rojos, todo lo que creé en un universo paralelo que ahora escondo debajo de mi cama en una bolsa de plástico mal atada y por las noches se escapa y me seca los ojos.

Y por eso no quiero dormir, no de noche, le tengo más miedo ahora a la oscuridad, que es eso que se ha creado cuando tus ojos han salido de mi habitación mirando para otro lado y ahora nada ilumina igual.

Quiero perderme en tus dedos, reducirme para no dejar de estar contigo sin molestarte, sin que lo sepas, sin dedicar mi tiempo a otra cosa que no sea mirarte. Escribir en tu mente centelladas de dulzura cuando cierres los ojos, ser yo quien llene tu pecho de aire en tus suspiros y levemente construya tu sonrisa.

Y no sé lo que quiero decirte con este montón de letras, unas tras otras, como gotas de lluvia por mi mejilla, como lágrimas en plena calle vacía. Y no sé si lo leerás, no sé si quiero que lo leas, no sé si te deseo, si te quiero, si te odio, si te extraño o si te echo de más. Tampoco quiero ya respuesta, ni besos, ni abrazos. No sé si saber es bueno, si recordar lo reciente alarga un poquito más.

No quiero volver a leer esto ni que nadie lo vuelva a leer.

lunes, 1 de junio de 2009

Apuntes de Literatura Latina

[ Anotación previa: 'Apuntes de Literatura Latina' o 'Tú, día y tú, noche' fue escrito la madrugada del 1 de Julio en la biblioteca estudiando la biografía de Catulo, gran poeta clásico y para mí el más emotivo, el cual escribió cartas a su amor Lesbia, en verdad llamada Clodia, y con el cual me siento muy identificado. ]




Mi imaginación hoy pedía ponerte nombre, no aguarda más tu llegada, desconoce si existes o si hace tiempo que dejaste de hacerlo. Eres dueña de mis horas de poca luz y escasa presencia, pero brillas como la más grande.

De ente los clásicos, no podías ser otra más que Clodia, sin duda, sólo Catulo y yo sabemos tu secreto. Únicamente nosotros vivimos el agradable tormento de que el flujo de nuestra sangre sea a tu antojo.
La tinta que moja mi blanca piel donde escribo, lame y desnuda mi sinceridad, ahorca mi sensibilidad profunda.

Y sales sólo fruto de este líquido azul, porque no eres otra, porque no eres nadie fuera de mi mente o de mis folios. Ven que te vea y te bese, date a conocer, porque empieza a ser desesperante mi locura. Déjame decirte que nunca tuvimos término medio, era de forma drástica cómo te amaba y cómo te odiaba con la misma fuerza. Amanecías siendo mi mayor enemiga, dándome de lado, ignorando mi existencia.

Frívola y traicionera eres de día y en el ocaso tornas tierna y dulce como ninguna. No hay luz y no tardas en penetrar mis poros haciéndome sangrar para que bebas mis mejores palabras en ríos de tinta. Ya no existen palabras ni atenuantes, eres, soy, eras, fui, estado puro.
Vámonos a dormir, Clodia, déjame cerrar los ojos y no inhibirme más porque comienza a amanecer y volverás a ser la musa que odio de día por coserme a puñaladas la mente y el corazón. Con razón.

Pero aguardemos en terribilità, que la rabia contenida en un largo ratito pasará, se hará de noche y te confesaré que eres el mayor motivo por el que sonrío y vivo, por el que vivo sonriendo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

Anuncios por palabras.


SE BUSCA señorita con la paciencia para aguantar a un soñador meloso con mucho amor por materializar, con ganas de cambiar tu mundo, hacerlo mío, hacerlo nuestro.

SE VENDEN susurros afrancesados al oído hasta quedar afónico, a cambio de sonrisas que paren mi corazón unos segundos, ese que tanto late y sé que acabarás queriendo escuchar con tu cabeza en mi pecho mientras duermo, porque te está esperando para seguir su ritmo, el que le marques.

SE OFRECE fotógrafo para retratar tus sueños, plasmar la constelación de tus lunares y empapelar mi habitación con el recuerdo de cada precioso momento que me dedicas para no dejar de verte ni un sólo segundo.

SE REGALAN noches en vela, dulces y eternas bajo las luces de la calle, sobre las nubes de Granada, para que corras con la sangre de mis venas y me duela el cuerpo de quererte, de tanto quererte.

SE ACARICIA tu pelo hasta la saciedad, a ser posible mientras te beso tan despacio que dudas si son mis labios o el aire el que te roza.

PROFESIONAL en dejar su olor en tus sábanas, marcas en tu cuello y sudor de mis manos por tocarte delicada, sin parar hasta que se agrieten con los años, pero por favor, ni un segundo más separadas de tu piel.

REPARACIONES
domésticas de nostalgias, penas y demás trastornos que evitan que sonrías a mi lado, que impiden que luzca el sol de la misma forma, pintando de miles de colores tu mente en blanco.

CHICO poco atractivo para hacerte reír cada mañana para que vayas contenta a clase, con los ojos entornados haciéndote aún más preciosa, para que quede el eco de tus carcajadas en mis paredes y me sigan enloqueciendo un poquito más cada vez.


SE NECESITA tu presencia aquí, porque no aguanto más.


Que me revuelvo porque no estás, que me arranco la piel si no me tocas, quiero volarme la cabeza si no está llena de tus palabras, de tu risa. Que tirito por no poder tenerte y sudo cuando me tienes.

Me tienes cogido con hilos que engordan por segundos haciéndose cadenas, obligándome despistada a lo que deseo. Déjame ir contigo que en ti están mis sueños.

martes, 26 de mayo de 2009

Antibióticos para la distancia.


μέτρον

Palabra griega que posteriormente tomarían mis queridos franceses para inventar una pesadilla más: metro.

Metros, kilómetros, hectómetros, tantos son, tantos los que me separan de todo lo que debería estar cerca cuando más se necesita.

Esta noche, como tantas que dedico a escribir, te vuelvo a necesitar aquí sentada, a mi lado. Durmiendo o mirándome, riendo o llorando, sudando o tiritando. Tu presencia, que anule esa horrible palabra griega, esa horrible concepción francesa. Mi mala suerte me hace no tener cerca aquello que me llene, que me dé la plenitud que alguien como tú me da cuando me prohibe quererla menos.

Y odio tanto los centímetros y los milímetros que cuando consigo tenerte a mi lado aún nos separan, y entonces me hacen odiar a los griegos y mi segunda lengua, con la que muero de ganas de preguntarte al oído dónde estabas, cuánto te busqué y cómo te he echado de menos.

No más lejos, las cosas serán más fáciles, te enseñaré de cuantos colores es el aire, como de grande es el mundo y como de pequeña mi cama. Entrégame la enormidad de tu presencia y te regalaré cada mañana mi cajita de tonterías que provocan en ti esa risa y en mí despiertan el monstruo que me asusta al quererte tanto. Como eres. Como seas. Como serás. A ti.

Deja que los griegos se arrepientan de haber inventado esa palabra, que los franceses lloren desesperados por ser culpables de poner nombre a lo que nos separa. Pero nunca, nadie, podrá ponerle nombre a eso que siento cuando recuerdo cada segundo que existe alguien como tú.

jueves, 21 de mayo de 2009

Nudos corredizos.


Me lo pienso dos veces al pasar esa página donde está esa foto en la que salimos tú y yo, porque me vienen a la cabeza esas sensaciones: tu voz diciendome como hacer, tu olor pidiendo quedarme, tu tacto agarrándome para permanecer junto a ti. Y me atabas, para no ir más lejos de lo que ya había estado desde que nos conocimos y no pasaba un sólo segundo sin saber que estabas al otro lado del ordenador o del teléfono por no poder tenernos más cerca.

Me decías vuelve cuando te acababas de dar la vuelta al despedirme, cuando a las horas me extrañabas, cuando a los días lo recordábamos todo. Nos lo dábamos todo por remunerarnos aquellas horas en las que aún no sabíamos como sabían nuestros labios juntos. Me atabas al teléfono porque era ansiedad del uno por el otro.

Reconozco y recuerdo que esos momentos fueron inolvidables, para mí, inolvidables pues hacen que no consiga pasar la página que contiene esa foto. No la paso hasta que abro los ojos y veo que hoy no es ayer. Ya no me atas, no quieres, no te interesa o no tienes ganas. En frío pienso cada detalle, quizá era yo quien me ataba a ti, o quería sentirme atado por ti. No quería alejarme y por eso me escapaba para verte, para hablarte, para sentirte.

Y era yo quien miraba atrás cuando me despedías y tú ya caminabas para volver a tu vida, esta tu vida, tan tuya, tan poco mía. Me ataba como tonto porque te entretenía, porque te llenaba mientras el resto no sabía hacerlo, no en aquel pequeño lugar que se hizo grande y se llenó de gente.

Y sé que ya no quieres cuerdas, ni yo tampoco, pero desde que tus ojos se cruzaron me vi tan atado a ti que suplanté tus voluntades por las mías. Y pasan las horas, las horas pasan ya a centenas y millares. Pasan los días y no hablamos. Pasan los meses y no nos vemos. No quieres, no tienes ganas. No quiero, me consumí esperándote.

Y he pasado la página, con un golpe seco de muñeca. Y esa foto ha pasado, y han pasado las horas, y las cuerdas. Y las páginas también están pasando y no me paro ya a pedirte cosas que no quieres, a pedirme cosas que no son, yo tampoco las quiero ya.

Ahora que te dedico un momento me doy cuenta, me doy un homenaje, porque no quiero cuerdas, porque me alegro de lo vivido y lo creído. Ahora. Nadie me ata.

domingo, 17 de mayo de 2009

No me toques.



Noli me tangere,
noli me tangere.




No, no lo hagas, no quiero que me toques, no si tus manos no van a dibujar en mi cuerpo tus sueños. No me hables, no quiero escuchar tu adorable voz si no es para decirme que me quieres. Pero tendré que seguir callado y pensando como reaccionar, qué palabra decir. Y es por haber escuchado palabras que hacen creer en el amor, sentirlas, tocarlas, besarlas; y lejos de tus labios he descubierto que el amor dura lo que una palabra.

Cada uno de mis gestos hacia ti, cada verso, cada beso, que me juras y perjuras que te encantan y te hacen quererme, son antojos de mi cuerpo. Necesito tratarte como el mejor poema de un anónimo poeta que vivirá de ello, como joujou de pauvre, como carta para un exiliado, como el ultimo bebé de una larga familia varonil que nace niña. Necesito mimarte como si en ello la vida me llevara, como si ello la vida me diera.

Eres mi preferida, niña de mis ojos, único pelo en el que sueño dormir soñando enredadas mis manos, atados los poros de mi piel a tu aliento, encadenadas mis palabras a mi pensamiento.

No encuentro el modo de decir que eres Todo en mi Nada, me siento cruel cuando callo lo que no sé si debo decir. Sé que el amor no existe y sé también que te amo.

jueves, 14 de mayo de 2009

Pájaros de Hiroshima.


Había ocurrido ya mil veces, mil veces en mi mente y es que lo deseaba con todas mis fuerzas. Mis poros casi podían abrazarte uno a uno, mis manos temblaban al acariciar tu cara, mis piernas poco me sostenían, y hacía mil esfuerzos por transmitirte que para mi esa noche era tan especial en mis días como tú en mi vida. Esa noche yo quería que todo saliese bien, como lo hablado a altas horas de la madrugada, como lo imaginado bajo mis sábanas...

Mis dedos recorrían suave la suavidad de tu cuerpo recreándome al notar tu tensión y tu sudor. Acrecentar ese placer, el sudor de tu pecho quería que me empapase y empapar la cama en la que te tenía para mí. Linda como tú sola me sonreías con vicio segundos antes de morderme. Linda que te hacían tus ojos entornados plasmando tus intenciones que al instante materializabas sobre mi cuerpo. Me tocabas. Me acercabas. Me deshacías, me apretabas y me arañabas. Besabas, mordías, lamias y rozabas con tus labios esos sitios que tanto me excitaban para volverme loco y volverte loca y volvernos locos.

Con toda la gana del mundo que para nosotros parecía estar parado en esa habitación pero seguía tan vivo fuera, pasamos de saborearnos a medio
día de distancia a amarnos sin cesar. Porque tu estabas celosa del gel que cada mañana cubría mi cuerpo y por ello mordías mis hombros, porque yo estaba celoso del poco aire que aun te rozaba y te metí bajo las sabanas y en un cúmulo de movimientos ya eras mía.

Esa sensación de poseerte y ser poseída, quería un hueco entre tus piernas y tu querías que ahí estuviese. Al oído te decía los tequieros que ninguno te dijo en su momento, los tequieros que no me escuchaste decirte, acompañados de roces de mi lengua y mis dientes en tu orejilla.

-Lleguemos al cielo, a la luna o al piso de arriba.

Fue la ultima frase que supimos decir pues después nos faltaba el aire... Culmen, culmen de besos, caricias, gemidos y sudor, movimientos y contramovimientos. La noche clara se reflejaba en tus ojos cuando los abriste a la vez de tu boca, y cerraste tus manos hincando tus uñas y recordé aquello que te dije:
-Te haré volar como un pájaro, atada a mi cuerpo.

Esa noche quise que fuese recordada y supe que lo sería cuando nuestros cuerpos se extasiaron en un profundo orgasmo que no quise perderme
mirándote a los ojos. Y por mirar tus ojos vi como el cielo que a mis espaldas estaba se volvía blanco y la habitación se iluminaba. No sabía si nuestros cuerpos habían llegado a tal placer que nuestra piel debía de arder pero ardimos.


Ese 6 de Agosto de 1945 eramos uno, sin mitad, en una cama de la ciudad de Hiroshima. Habíamos sido fruto de nuestros deseos y por ello habíamos ardido. Esa noche yo quise que fuese especial.


(A la memoria de los amantes que murieron por la bomba atómica en
Hiroshima).

domingo, 30 de noviembre de 2008

Mientras pueda respirar aquí te espero.


Fue a conciencia pura que perdí tu amor nada mas que por salvarte. Hoy me odias y yo feliz me arrincono para llorarte. El recuerdo que tendrás de mí será horroroso, me veras siempre golpeandote como un malvado y si supieras bien que generoso fue que pagase así tu buen amor.

Sol de mi vida fui un fracasado y en mi caida busqué de echarte a un lado. Y por que te quise tanto, tanto que en mi rogar para salvarte solo supe hacerme odiar.

Y hoy despues de un año atroz te vi pasar. Me mordí para no llamarte. Ibas linda como un sol, si se paraban para mirarte. Yo no sé si el que te tiene así se lo merece, solo sé que la miseria cruel que te ofrecí me justifica el verte echa una reina pues viviras mejor... lejos de mí.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Como siempre...

[Introducción de una canción de Enrique Bunbury]



Me calaste hondo y ahora me dueles, si todo lo que nace perece, del mismo modo un momento se va y no vuelve a pasar. Y decían: '¡qué bonito!' era vernos pasear queriéndonos infinito, pensaban: 'siempre será igual'. ¿Cómo lo permitimos, qué es lo que hicimos tan mal? ¿Fue este orgullo desgraciado que no supimos tragar?Engáñame un poco al menos, dí que me quieres aún más, que durante todo este tiempo lo has pasado fatal. Que ninguno de esos idiotas te supieron hacer reír, que el único que te importa es este pobre infeliz. Y el día que yo me muera y moriré antes que tú, sólo quiero que una pena se lloré frente a mi ataúd. Que esta herida en mi alma no llegó a cicatrizar y estará desesperada hasta que te vea llegar.


Y todos los dias seguiran siendo sabado, y seguire levantandome temprano solo para esperar tu llamada. Y que me digas y que me avises. Y que te vea y que te abrace. Y que me beses y que te quedes.....
Pero los dias seguiran pasando, y me levantare tarde y temprano porque no me llamaras. Y no diras ni una palabra. Y seguire sin verte ni sentirte cerca. Y soñare que me besas y que te quedas...

viernes, 12 de septiembre de 2008

Copias exactas


-Asier, Aitor, me gustan para niño.
-Busca una página, ¿y de niña?

Miles de nombres buscados para una carita imaginada.

Tan jovenes y hablando de qué nombre ponerle a su primer niño y niña, y ellos aún sin conocerse...
Es lo que pensaría todo el mundo, es un juego. Sí. Sí fue un juego, pero ¿orqué acabamos jugando a ese juego?
Quiero que todos esos niños, esos personajillos que cuando imaginas tu futuro corretean entre tus piernas, te miran dulcemente y te quitan el sueño lleven tu nombre. Tu nombre y tus gestos, tus muecas, tus ojos y tu mirada, tus labios y tu acento, tu pelo. Quiero que salgan a tí, con tus cambios de humor, con tus carcajadas, con tu genio y con tu sonrisa. Copias exactas, por toda la casa. Quiero un niño. Quiero una niña. Quiero cuantos quepan corriendo por el pasillo. Y que los cuides, y que le cantes, como a mí. Copias exactas por toda la casa, de tí. Sí, tú. Porque así estarás a cada segundo en mi mirada, repetidas veces. Así te imaginaré cuando eras pequeña, y cómo crecías, y despues te recordaré en la edad que te conocí. Y quiero verte reflejada en ellos, y en sus ojos. Porque sólo es a tí a quien quiero tener a cada segundo en mi mirada. A tí y para colmarme de tí, copias exactas. Quise pasar todo momento a tu lado, sólo contigo, es a tí a quien escogí. Perpetuarte a mi lado.....

Y esto fue real, fue un sueño tan real.....

Me conformaré con seguir echándote de menos.